
¿Qué parte de mí he dejado de mirar con amor por complacer a otros?

En el proceso de socialización, muchas mujeres aprendemos a poner las necesidades de los demás por encima de las nuestras. Esta tendencia no surge de la nada: se construye a partir de mandatos culturales, religiosos y familiares profundamente arraigados en la sociedad mexicana y latinoamericana. Ser buena madre, buena esposa, buena hija, buena amiga… pareciera que hay una medida de “bondad” que se alcanza cuando nos negamos a nosotras mismas para cuidar a los demás.
Pero, ¿a qué costo?
La pregunta que te invito a explorar hoy es profunda y transformadora:
¿Qué parte de mí he dejado de mirar con amor por complacer a otros?
Fundamento psicológico
La psicología humanista, especialmente en los trabajos de Carl Rogers y Abraham Maslow, nos recuerda que una necesidad fundamental del ser humano es la autoaceptación. Sin ella, es imposible lograr una autorrealización auténtica.
Cuando vivimos complaciendo a otros, negamos partes esenciales de nuestra identidad. Esto puede causar:
- Baja autoestima
- Ansiedad o depresión
- Sensación de vacío o desconexión con uno mismo
- Somatización (el cuerpo expresa lo que la mente calla)
Según estudios en desarrollo personal (Brown, 2010; Neff, 2003), el autorrechazo sostenido lleva al deterioro del bienestar psicológico. Y suele iniciar con pequeños actos de autoabandono: callar cuando quieres hablar, ceder cuando quieres decir no, olvidar tus sueños por priorizar los de otros.
¿Cómo identificar qué parte de ti has dejado atrás?
Hazte estas preguntas con honestidad:
- ¿Hay algo que solía disfrutar y abandoné sin saber por qué?
- ¿Me cuesta reconocer mis logros?
- ¿Siento culpa cuando me cuido?
- ¿Hay alguna parte de mí que evito mirar: mi cuerpo, mi voz, mi historia?
Ejemplo real:
María, 47 años, madre de tres hijos, comenta en consulta:
“Siempre soñé con pintar, pero me decían que eso era para gente sin oficio. Dejé ese sueño por dedicarme a mi familia. Hoy siento que algo en mí se secó.”
Este tipo de historias son comunes. Y tienen solución.

¿Cómo empezar a restaurar el amor hacia ti misma?
1. Reconoce la renuncia
Tómate un momento para escribir una carta a esa parte de ti que dejaste atrás. Puede ser tu niña interior, tu lado artístico, tu independencia, tu cuerpo. Escríbele desde el amor, no desde la culpa.
Ejemplo de frase inicial:
“Perdón por haberte ignorado tanto tiempo. Hoy estoy dispuesta a escucharte.”
3. Activa un plan de acción para recuperar lo perdido
- Retoma una actividad olvidada: bailar, leer, escribir, hacer ejercicio, estudiar.
- Hazlo por ti, no para mostrarlo ni validarlo externamente.
- Agenda tiempo para ti cada semana (no negociable).
Tip práctico: Bloquea 30 minutos en tu agenda como si fuera una cita importante. Lo es: contigo misma.
2. Reinterpreta tu historia
En lugar de verte como víctima de las circunstancias, empieza a narrarte como protagonista.
Tip profesional: Utiliza la técnica de reencuadre narrativo (White & Epston, 1990), que consiste en resignificar tu pasado con una nueva mirada.
Ejemplo: “No fue que me rendí, fue que elegí lo que sabía en ese momento. Hoy puedo elegir distinto.”
4. Aprende a poner límites amorosos
Según Brené Brown, los límites son un acto de amor propio. Decir “no” no te hace egoísta. Te hace honesta.
Frase modelo: “Gracias por pensar en mí, pero ahora necesito priorizarme.”
5. Busca acompañamiento
No tienes que hacerlo sola. Puedes apoyarte en:
- Terapia psicológica
- Círculos de mujeres
- Comunidades de desarrollo personal
- Libros, podcasts y cursos que te nutran desde el respeto y la compasión
Conclusión
Recuperar las partes de ti que abandonaste no es un acto egoísta: es un acto de justicia emocional. El amor propio no es un destino, es una práctica. Y comienza cada vez que eliges verte con compasión, cuidarte con intención y vivir con coherencia.
Ejercicio sugerido
Ejercicio sugerido
Diario de reconexión
- ¿Qué parte de mí he dejado de lado por complacer a otros?
- ¿Qué necesito para volver a abrazarla?
- ¿Cuál es el primer paso que puedo dar esta semana para acercarme a ella?
Te leo en los comentarios: ¿qué descubriste al responder esta pregunta?
Y recuerda: Eres tu superpoder, y al reencontrarte contigo, todo a tu alrededor puede comenzar a florecer.